domingo, 19 de julio de 2009

LA CLAVE DEL ÉXITO...



5Nadie te podrá hacer frente en todos los días de tu vida; como estuve con Moisés, estaré contigo; no te dejaré, ni te desampararé. 6Esfuérzate y sé valiente; porque tú repartirás a este pueblo por heredad la tierra de la cual juré a sus padres que la daría a ellos. 7Solamente esfuérzate y sé muy valiente, para cuidar de hacer conforme a toda la ley que mi siervo Moisés te mandó; no te apartes de ella ni a diestra ni a siniestra, para que seas prosperado en todas las cosas que emprendas. 8Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien. 9Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas.[1]

Dios le dijo a Josué: 5Nadie te podrá hacer frente en todos los días de tu vida; como estuve con Moisés, estaré contigo; no te dejaré, ni te desampararé. 6Esfuérzate y sé valiente; porque tú repartirás a este pueblo por heredad la tierra de la cual juré a sus padres que la daría a ellos.

Pero le pidió dos cosas: que se esforzara y fuera valiente. Y le aconsejó que no se apartara de la Palabra ni a diestra, ni a siniestra. Y si Josué cumplía con la ordenanza, entonces estaría asegurado para toda la vida. Dios le prometió ser prosperado en todo lo que emprendiera.

Hoy en día se busca la prosperidad, más que una vida de santidad. A veces enseñan en las iglesias de la importancia de hacer tratos con Dios, como por ejemplo ofrendar, pero a cambio se le pide X favor a Dios, pero ¿qué hay de obedecer su Palabra y de vivir una vida de santidad?

Dios ya prometió, no dejarnos ni desampararnos jamás, y demanda de nosotros esfuerzo y valentía.

La Palabra se cumplió en la vida de Josué, llevó a la victoria a los Israelitas y les repartió la heredad que Dios les había prometido. Josué tuvo éxito en todas sus empresas, porque decidió apegarse a la Palabra de Dios y seguir como mapa la ruta que Dios le había trazado a través de ella.

Bien dijo el salmista en el 119 de los Salmos:

1 Bienaventurados los perfectos de camino,

Los que andan en la ley de Jehová.

2 Bienaventurados los que guardan sus testimonios,

Y con todo el corazón le buscan;

3 Pues no hacen iniquidad

Los que andan en sus caminos.

Su Palabra nos guarda de cometer pecado.

Y en el mismo salmo dice versículo 9 dice:

¿Con qué limpiará el joven su camino?

Con guardar tu palabra.

La clave para que los jóvenes vivan en santidad y pureza es obedecer la Palabra.

Así mismo la Palabra debe ser como un bocado exquisito en nuestro paladar, endulza nuestras palabras y las vuelve exquisitas, porque no proceden de nuestro mente pecaminosa, sino de los labios de Dios, por eso son como miel.

103 ¡Cuán dulces son a mi paladar tus palabras!

Más que la miel a mi boca.

También la Palabra es:

105 Lámpara es a mis pies tu palabra,

Y lumbrera a mi camino.

Y Jesucristo dijo en el Evangelio de Juan 15;

7Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis, y os será hecho.

Queremos que Dios conceda todas la peticiones de nuestro corazón entonces Permanezcamos en él y que su Palabra permanezca en nosotros.

Ahora ya sabes la clave del éxito.

Con amor para ti y para mì…



[1]Reina Valera Revisada (1960), (Estados Unidos de América: Sociedades Bíblicas Unidas) 1998.