miércoles, 2 de septiembre de 2009

¿CUALES SON TUS FRUTOS?

16 Digo, pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne. 17 Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y éstos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis. 18 Pero si sois guiados por el Espíritu, no estáis bajo la ley. 19 Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, 20 idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, 21 envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas; acerca de las cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios.

22 Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, 23 mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley. 24 Pero los que son de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y deseos. 25 Si vivimos por el Espíritu, andemos también por el Espíritu. 26 No nos hagamos vanagloriosos, irritándonos unos a otros, envidiándonos unos a otros. Gálatas 5…

Jesucristo en Mateo 7 dijo en relación a los frutos: “16 Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos, o higos de los abrojos? 17 Así, todo buen árbol da buenos frutos, pero el árbol malo da frutos malos. 18 No puede el buen árbol dar malos frutos, ni el árbol malo dar frutos buenos. 19 Todo árbol que no da buen fruto, es cortado y echado en el fuego. 20 Así que, por sus frutos los conoceréis.

Los frutos son la evidencia de nuestro andar diario y el testimonio que al mundo se le está presentando.

Para andar en el Espíritu, hay un precio que pagar y es sacrificar la carne, y eso significa hacer morir las obras de la carne, las cuales son improductivas en el Reino de los cielos.

Pero para andar en el Espíritu es necesario negarnos a nosotros mismos, como Cristo dijo, en Mateo 16: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame. 25 Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, la hallará. 26 Porque ¿qué aprovechará al hombre, si ganare todo el mundo, y perdiere su alma? ¿O qué recompensa dará el hombre por su alma?

Como cristianos es necesario sólo dar frutos del espíritu como: amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre y templanza. Y entonces tendremos mucho que ofrecer al mundo. Y podremos en lugar de dar migajas y comida chatarra de pecado, dar banquete espiritual al mundo con nuestro testimonio y estilo de vida cristiana. El mundo necesita nutrirse de nuestros frutos espirituales.

25 Si vivimos por el Espíritu, andemos también por el Espíritu. 26 No nos hagamos vanagloriosos, irritándonos unos a otros, envidiándonos unos a otros. Gálatas 5

Con amor para ti y para mí….