sábado, 20 de febrero de 2010

INSTRUCCIÓN DE LOS HIJOS...



Instruye al niño en su camino y aun cuando fuere viejo no se apartará de él. Proverbios 22:6

El maravilloso mundo de los bebés, ¡qué alegría cuando balbucean la palabra mamá o papá! Su voz tan dulce, tan tierna y que privilegio cuando se duermen en los brazos del padre o de la madre y ese contacto cuando es amamantado es algo especial, el contacto del hijo con la madre crea un lazo fuerte que une el amor de la madre con la de su pequeño.

Son muy frágiles y dependientes, ¡lindo¡ cuando se toman de la mano para que aprendan a dar sus primeros pasos. Y el alimento, se les prepara con amor y es especial para ellos, y se tiene el cuidado de que coman a la hora indicada y todo preparado higiénicamente.

Celebramos cada gesto que hacen, les cantamos y nos gusta ver cuando agitan sus brazos como muestra de alegría. Y su inocencia reflejada en sus ojos les hace parecer uno seres angelicales.

Se les instruye para aprendan a ser independientes en relación a que coman solos, caminen, hablen y avisen cuando las necesidades fisiológicas se presenten.

En fin les brindamos lo que ellos necesitan para que se desarrollen normalmente. A la hora de dormir muchos acostumbran leerles cuentos y besarles en la frente. Eso está bien. Pero como es lógico y según las leyes establecidas por Dios. Todo bebé crece y conforme esto sucede parece ser que las alegrías que daba cuando bebé, se convierten luego en dolores de cabeza, ya que ahora sus gestos no son tan graciosos, ya que manifiestan rebeldía y desobediencia, sus palabas ya no suenan dulces sino que ahora son frases hirientes, ya no permiten que se les tome de la mano, ahora hasta rechazan las caricias, y no permiten muchas veces que se les bese antes de dormir, mucho menos que estemos a la orilla de su cama conversando con ellos.

¿Qué pasó? ¿En qué fallé? ¿Qué estaré pagando? Son de las muchas interrogantes que los padres hacen al ver estos cambios drásticos en los hijos.

Cada etapa de la vida significa cambios que afectan en todo a los seres humanos, y la etapa que hasta los psicólogos describen como difícil es la de la adolescencia. Ya que es aquí donde salen a flote todas aquellas emociones que de niños tenían reprimidas o simplemente no podían expresar.

Bueno es reconocer, que así como la adecuada alimentación proporciona un buen desarrollo en los niños, es básica y primordial la alimentación espiritual que se les prodiga desde bebés, las cuales incluyen según el libro de proverbios los siguientes aspectos:

Vara y corrección :

1. La necedad está ligada en el corazón del muchacho, más la vara de la corrección la alejará de él. Proverbios 22: 15

2. No rehúses corregir al muchacho; porque si lo castigas con vara, no morirá. Lo castigarás con vara y librarás su alma del Seol. Proverbios 23: 13-14

3. La vara y la corrección dan sabiduría; más el muchacho consentido avergonzará a su madre. Proverbios 29:15

4. Corrige a tu hijo, y te dará descanso, y dará alegría a tu alma. Proverbios 29: 17

5. El que detiene el castigo a su hijo aborrece, más el que lo ama desde temprano lo corrige. Proverbios. 13: 24

El común denominador de estos versículos es vara y corrección, y si aparecen varias veces en la Palabra, es importante que los tomemos en cuenta, ya que tienen el propósito de apartar del corazón del joven o del hijo, la rebeldía y la desobediencia.

Además es importantísimo que desde pequeños les instruyamos en la Palabra de Dios. Y que las oraciones intercesoras por ellos sean parte de nuestros devocionales. El siguiente ingrediente de la alimentación espiritual balanceada es el ejemplo que les damos a ellos, nuestra conducta es el parámetro o modelo a seguir. También los hijos deben saber que en el hogar hay reglas claras que ellos deberán respetar, esto les ayudará a poner los límites, cuando llegue el momento de la tentación que rodea su vida. Así mismo es necesario hacer los devocionales y buscar de Dios en familia, si hacemos esto desde que ellos son pequeños y perseveramos en cada paso, difícilmente cuando sean grandes se apartaran del Señor.

Tomemos a nuestros hijos de la mano y caminemos junto a ellos en los momentos difíciles de sus vidas; pero no olvidemos que como padres necesitamos que Jesucristo nos tome de la mano, solo así orientaremos en el camino correcto a los hijos.

Con amor para ti y para mí…