jueves, 26 de noviembre de 2009

COLLAGE EN TERCERA DIMENSIÓN SOBRE EL PERDÓN...


Contemplando por última vez
el rostro inánime
de mi padre,
mi madre dijo
sin lágrimas, sin sonrisas,
pero con ternura:
“Buenas noches, Willie Lee,
hasta mañana.”
Fue entonces que aprendí
que todas nuestras heridas
son sanadas
por el perdón
que contiene la promesa
de nuestro retorno
final.
Alice Walker

Mucha gente nunca tendrá que decidir si puede o no puede perdonar a un asesino. Pero todos se enfrentan a diario, quizás muchas veces en un solo día, con la necesidad de perdonar al esposo o esposa, a los hijos, a los compañeros de trabajo. Y esta tarea no es menos importante. En su poema, “El árbol venenoso”, William Blake nos demuestra como el resentimiento más pequeño puede florecer y producir un fruto mortal.

El perdón en la vida diaria.

Yo estaba enojado con mi amigo: expresé mi enojo; mi enojo se acabó.
Yo estaba enojado con mi enemigo: me quedé callado, y mi enojo creció.
Y lo irrigué con temores, de noche y en la mañana, con mis lágrimas;
lo puse al sol con sonrisas, y con suaves, engañosas astucias. Creció día y noche, hasta que dio una manzana; mi enemigo la vio relucir un día, y supo que era mía.
En mi jardín se metió cuando la noche el tronco veló:
Contento hallé en la mañana, estirado bajo el árbol, a mi enemigo.

Las semillas del árbol de Blake son los pequeños rencores de la vida diaria. Si caen en corazón fértil, crecerán, y si se cuidan y nutren, adquirirán vida propia. Puede que al principio sean pequeños, aparentemente insignificantes, apenas perceptibles; no obstante hay que sobreponerse a ellos. Blake nos enseña en los primeros dos versos qué fácil es: Tenemos que hacerle frente a nuestro enojo y arrancarlo de raíz antes de que pueda crecer.

Cuando me piden mi consejo para un matrimonio que tiene problemas, siempre digo: Ora y perdona. Y al joven proveniente de un hogar donde prevalece la violencia, digo: Ora y perdona. Una y otra vez, incluso a la madre soltera que carece de apoyo familiar: Ora y perdona.
Madre Teresa de Calcuta

C. S. Lewis escribe:
Perdonar las continuas provocaciones de todos los días, seguir perdonando a la suegra mandona, al marido tirano, a la esposa regañona, a la hija egoísta, al hijo mentiroso, ¿cómo podemos lograrlo? Únicamente, creo yo, recordando nuestra propia situación, y tomando en serio la oración diaria: “Perdona nuestras ofensas, así como nosotros perdonamos a los que nos ofenden.” Ésta es la única condición bajo la cual se nos ofrece el perdón. Rechazar el perdón es rechazar la misericordia de Dios para con nosotros mismos. No hay excepciones, ni por asomo. Lo que Dios dice, lo dice en serio.

Hay una dura ley que dice que, cuando hemos sufrido una herida profunda, no podremos reponernos hasta que hayamos sabido perdonar.

Alan Paton

Negarse a perdonar puede ser infinitamente peor que cometer un crimen, porque éste último podría ser un acto impulsivo en un momento de acaloramiento, mientras que lo primero es una decisión fría y calculada del corazón.

George McDonald

Cuando se ama, uno ve todo lo que es bueno, todo lo que es de Jesucristo en otras personas. Dios ve a su Hijo en nosotros. Por eso nosotros debemos ver sólo a Cristo en los demás, y amarlos. Nunca puede haber suficiente amor. Nunca se puede pensar bastante en el amor.

San Juan de la Cruz dijo que donde no hay amor, trae el amor, y obtendrás amor.
Dorothy day

Nos liberamos al saber que no tenemos que ser víctimas de nuestro pasado, y que podemos aprender nuevos modos de responder. Pero hay un paso más allá de este reconocimiento…Es el paso del perdón. El perdón es el amor practicado entre personas que aman pobremente; nos libera sin esperar nada en cambio.
Henri j. M. Nouwen

¡Si tan sólo hubiese gente mala en un mismo lugar, personas que con perfidia cometen malas acciones, y sólo fuese necesario separarlas del resto de nosotros y destruirlas!…Pero la línea divisoria entre el bien y el mal pasa por el corazón de cada ser humano. ¿Y quién está dispuesto a destruir un pedazo de su propio corazón?
Aleksandr Solzhenitsyn
Ante algunos pensamientos, uno se queda perplejo, especialmente al ver el pecado del ser humano; y uno se pregunta si debe usar fuerza u optar por amor humilde. Decídete siempre a usar el amor humilde. Si de una vez por todas te decides por esto, podrás someter al mundo entero. La humildad unida al amor posee una fuerza maravillosa, más poderosa que ninguna otra cosa, y no hay como ella.
Fedor Dostoievski
No pretendamos poder eliminar todo sufrimiento, ni tampoco tratemos de soportarlo con estoicismo. Se puede aprovechar el sufrimiento para gloria de Dios. No son las circunstancias exteriores de la vida, sino nuestra actitud interior frente a las mismas que decide si somos felices o infelices.
Eberhard Arnold
Sin ser perdonados, sin ser liberados de las consecuencias de nuestras acciones, nuestra capacidad de actuar quedaría reducida, por así decirlo, a un solo acto del cual nunca podremos recuperarnos, y de cuyas consecuencias quedaremos víctimas para siempre, semejante al aprendiz de brujo que no tenía la fórmula mágica para romper el hechizo.
Hannah Arendt
En la confesión de pecados concretos, el viejo hombre muere una dolorosa y humillante muerte ante los ojos del hermano. Porque esta humillación es tan dura, tratamos continuamente de esquivarla. Sin embargo, es en este profundo dolor de alma y cuerpo que nos causa la humillación en presencia del hermano que experimentamos la cruz de Cristo como nuestro rescate y salvación. El viejo hombre muere, pero es Dios quien lo ha conquistado. Ahora compartimos la resurrección de Jesucristo y la vida eterna.
Dietrich Bonhoeffer
La verdad sin amor mata, pero el amor sin la verdad miente.
Eberhard Arnold

No sabremos perdonar de verdad hasta que sepamos lo que significa ser perdonado. Por lo tanto, alegrémonos de recibir el perdón de nuestros hermanos. Es el perdón mutuo que manifiesta el amor de Jesucristo en nuestra vida, porque al perdonar obramos los unos para con los otros tal como él ha obrado para con nosotros.
Thomas Merton

Y el que estaba sentado en el trono dijo: “He aquí, yo hago nuevas todas
las cosas.” Apocalipsis 21:5

Una penumbra ha descendido sobre la cristiandad en lo que atañe ese asunto de la renovación. Nos contentamos tan fácilmente, nos satisfacemos tan rápidamente con una religiosidad que nos hace parecer un poco más decentes. Sin embargo, esto no puede ser el contenido total de nuestra fe. Todo ha de renovarse, todo, no sólo una pequeña muestra de algo nuevo, sino todas las cosas deben renovarse.
Christopher Friedrich Blumhardt.

Este es el día de desatar las ataduras del corazón, de dar paso al resentimiento, de romper el yugo de la amargura y cambiar la tristeza en danza. Es el momento de empezar a vivir la vida plena bajo el gobierno del Cristo y bajo sus estatutos celestiales.

Bendiciones en todo lo que emprendas
Date la oportunidad.
Con amor para ti y para mi.